miércoles, 2 de septiembre de 2009

Mientras duermes.

Tus ojos aparecen como las dos primeras estrellas de la noche y yo duermo entre tus cabellos otra vez. Cierro los ojos y siento tu voz a lo lejos que habla de la eternidad del universo, en qué me pierdo mientras duermo.
Hoy lo único que quiero es ahondarme en el cerúleo de tus ojos
en tu cálido pecho, dormirme en tu arrullo.
Quiero quedarme contigo así, por siempre, para luego adentrarnos en la inmensidad de esta noche que nos observa, en esta noche donde ha vuelto el centinela.